‘Gone with the wind’

Se atenúa la luz de la sala, de repente shhhh se hace el silencio, oímos el click del proyector y el crack, crack de las palomitas, se ilumina la pantalla y…. nos adentramos en algo más de dos horas de ¿magia?. Es CINE. ¡Acción!

Tal vez sea una romántica, una ñoña o una anticuada, pero añoro las salas de cine, esas salas de cine grandes con una pantalla inmensa en la que sientes que es ella la que te posee, esas salas en las que tú buscabas la mejor butaca donde ubicarte y el porqué de ello, esas salas en que a los cinco minutos de empezar la película te sentías parte de ella… eso era la magia del cine.

Para mí ir al cine era algo extraordinario, cinéfila casi de nacimiento, para mí ir al cine era un ritual, me encantaba el olor de las palomitas, aunque nunca me han gustado, al pasar por taquilla y encontrabas al mismo personal durante años, este te atendía con amabilidad y profesionalidad, ellos sabían a que hora empezaba la película, cuantos minutos quedaban de trailers y a qué hora exactamente acababa, siempre eran amables contigo. En ese momento empezabas a sentir la magia del cine, cada uno de los trabajadores que formaban parte de ese mundo tenía su especialidad. Siempre tenías a un portero que te abría la puerta amablemente al entrar o salir del cine, si llegabas tarde, el acomodador te acompañaba para buscar asiento en la sala sin molestar al resto de espectadores. Eso eran profesionales, conseguían hacerte sentir especial y tú sólo ibas a ver una película al cine. Pero eso es la magia del cine.

¿Recordáis el entrar en las salas y contar las filas para encontrar la que tenía mejor acústica? O, no sentarse nunca en las primeras filas por no acabar con tortícolis en el cuello, eran cosas típicas que veías en esas auténticas salas de cine. También es verdad que las sillas eran algo incómodas, no tenían reposa brazos y tampoco sala VIP, pero estamos hablando de cines, no de coches ni de aeropuertos.

Hablo desde Mallorca, más en concreto des Palma de Mallorca y alrededores, ya que en la península la cosa es diferente, allí te encuentras salas de cine, de teatro, conciertos a cada paso. Pero en Mallorca nos hemos quedado sin nada, y digo sin nada bien clarito, porque gritar ni puedo ni sirve de nada. Teníamos unas salas de cine preciosas, inmensas, legendarias, ya conocí pocas, pues nací en la década de los ’70.

Primeras desapariciones.

Habían desaparecido salas de cine fantásticas en las décadas de los ’50 y 60′ como he oído a mis mayores, tales como «El Born», ahora convertido en Zara. «El Lírico» donde hoy día se ubica «L’Hort del Rei», o el «Lírico» de Sta. Catlina, ahora templo de testigos de Jehová o el «Cine Balear» después transformado en el «Teatro Balear».

Apariciones monstruosas.

Pasa el tiempo volando, 15 años hace ya que se inauguraron esas fantásticas multisalas en Porto Pí, todos iban cual rebaños a ver películas en esas microsalas, ¡Hay que ver que butacas máaaaaaaaaas cómodas! ¡Y el parquing es GRATIS! el español lo del gratis lo tiene vendido, pero, chicos ¿la pantalla, qué, la veíais? cri, cri, cri… No puedo decir más.

Poco después vinieron más multisalas en Marratxí, en principio contiene dos salas principales, de acuerdo, aceptamos barco y en todas sus salas, la fila de asientos VIP, increíble.. Y poco después apareció el gigantesco Ocimax, este con un copy_paste de todas sus salas, en estas salas, se puede ver la película en el palco VIP por un módico precio, claro, eso sí, si eres de los clásicos que te gusta disfrutar de la película en el patio de butacas, no te extrañe ser objetivo de los VIPS ya que te utilizarán como blanco para lanzamiento de cacahuetes. Por cierto, ¿Desde cuando se cobra por sentarse en una fila VIP? Es decir que la fila que siempre buscábamos por mejor visibilidad y acústica, te la pimplan, le ponen unos sillones de astronauta y te clavan la entrada a precio de la Filarmónica de Viena ¡ZASCA! ¿Para qué? si la pantalla es la misma para todos, una micropantalla, muchos tienen televisores con las mismas pulgadas en su salón.

Del trato y la profesionalidad de sus trabajadores ni que comentar, la culpa la verdad no es de ellos totalmente, si no de los empresarios, es lógico, si le encargan a una persona 5 tareas, es normal que ni se especialice y ni tenga ganas de atenderte amablemente. Es normal que si disponen sólo de dos o tres trabajadores para atender a 200 clientes, atiendan mal, por lógica, es normal. Pero todo eso lleva a que ya no mola ir al cine. El estado de esos cines es deplorable, sólo al entrar, ¿dónde está el portero, que te daba las buenas tardes?. ¿Y de los acomodadores, qué? Ni ellos mismos se conocen la sala, no saben ni acompañarte hasta las butacas y mucho menos sin molestar al resto del público, en definitiva, ya no es como antes. La sensación es de suciedad y mugre, las salas apestan, los precios son abusivos, tanto el de las entradas como de los productos que venden. ¿Recordáis recientemente que al pedir unas palomitas y un refresco lo hagan con una sonrisa y amablemente? ¿Con un buenas tardes, aquí tiene, gracias, qué disfrute de la película? No, con prisas y adiós muy buenas. Por lo tanto, es normal que la gente ya no vaya al cine. No mola.

Masacre: Salas de cine de Palma.

El Palacio Avenida cine del año 1942.

Palacio Avenida. Años ’50.

Construido en 1941 a cargo del arquitecto mallorquín Gabriel Alomar, sus carteles estaban pintados a mano. Gran estreno fué la película rodada en Mallorca en los años ’50. ‘Jack el Negro’.

Ahora convertido en un lujoso hotel, que conserva parte de sus carteles sí, pero se llevó la magia del cine.

Sala Augusta

La Sala Augusta tiene una historia peculiar, la cual, los mallorquines, quisieron olvidar, dada su origen, este edificio ocupaba el antiguo emplazamiento del almacén de madera llamado Can Mir.

Sala Augusta

Entre septiembre de 1936 y enero de 1941 Can Mir fue la principal prisión de Mallorca.

Hoy día es la única sala o más bien dicho cine multi salas que queda abierta, hasta hace poco disponía de una sala principal y otras cuatro más pequeñas, recientemente, dividieron la sala principal en dos… #ahilodejo

Metropolitan Multicines

«El Metropolitan se despide de sus espectadores».

Con una breve nota de prensa se despedía el Metropolitan Multicines después de 67 años

Metropolitan Multicines

haciéndonos vivir todo tipo de aventuras, recuerdo como pasaba todos los viernes al volver del colegio para ver los nuevos carteles de los estrenos, pintados a mano.

Ansiedad en el hall por entrar en la Sala1, la principal y coger la mejor butaca, eso era la magia del cine. Ni siquiera el Metropolitan, con su gran sala principal, y su trato siempre amable y correcto, siendo la que siempre estaba a la última en sonido e imagen, pudo con tanta mega fashion multi sala.

Rialto

Rialto tras la última reforma como sala de cine.

La sala Rialto, inaugurada en 1926, era una antigua casa señorial, conocida como CanFlor. En los últimos años de su incansable superviviencia, realizó una descomunal rehabilitación para adaptarse a los tiempos modernos, el cambio fue increíble, aún así no pudo sobrevivir a los grandes competidores.

Ahora rescatada por el matrimonio Klas y Barbara Kall, han conseguido rehabilitarlo sin perder el encanto de la antigua casa señorial, recuperando las paredes de piedra originales y convirtiéndolo en una tienda de ropa, decoración y galería de arte, Rialto Living.

Cine Hispania

Una sala de cine, de las pocas que eran una. Casi era más un cine para gente de la zona,

Cine Nuevo Hispania

por proximidad al colegio donde iba, recuerdo como alguna mañana nos llevaban a todos, al colegio entero, pues no nos lo pasábamos bien. No es por criticar… o sí ¿Creéis que meterían a un colegio entero en alguna de las salas de los «multicines» de ahora?

Ahora se está construyendo un mega edificio de 12 pisos y un local en la planta baja, claro, como en Palma estamos tan necesitados de vivienda y estamos sobrados para pagarlos. Es mi opinión, creo que era más necesario, sí, necesario y útil, el cine.

Multicines Chaplin

Cines Chaplin fueron otros de los últimos que aguantaron, también tenía una sala principal, no es que fuera de las mejores, pero cuando había uno de esos estrenos muy, muy esperados, no cabía una aguja en el hall. Chaplin abrió con tres salas en 1978 y amplió a cinco en 1981, conocidas eran sus «12 horas de cine de terror«, pero como el resto, sucumbió al poder de las butacas VIP. Ahora transformado en locales a la espera de ser alquilados y como no, chino al canto.

Sala Astoria

Ahora, tras trece años de su cierre, parece que está en obras, pues su último estreno fue

Sala Astoria

‘Secuestrando a la señorita Tingle’, hasta hace unos meses, aún estaba el cartel de la misma, de hecho fue la última película que ví allí, casualidades de la vida, no tenía nada de especial, simplemente era una sala de cine, con una taquilla de las de siempre, un acomodador y una pantalla normal y corriente, estaba en el centro de Palma y nada más, ni tenía unas butacas que fueran mega fashion y súper cómodas, ni reposa refrescos, ni posa brazos abatibles, ni filas VIP, ni parking gratuito, ni un bar con cinco tipos de palomitas, ni peras en vinagre, era una sala austera, pero era una sala de cine, una sala grande, con una pantalla grande, que para los que amamos ver el cine, es lo único que pedimos.

Cinema Lumièrie y Rívoli

Cinema Lumière

He dejado al Lumière para el final, fue muy especial para mí, ya estuve trabajando en el un tiempo, compaginando estudios, algunas tardes acudía al Rívoli, pero mi favorito era el Lumière, sentí mucha pena cuando supe que cerraban definitivamente. En el Barrio de San Fernando, cerca del mercado de Sta. Catalina y del Campo de fútbol Lluís Sitjar, parecía un antiguo cine de barrio, de los de la época de los años ’70, un gran hall de mármol y un gran patio de butacas que parecía no tener fin. Ese cine se llenaba hasta los topes, siempre el portero amable con un «Buenas tardes» al abrirte la puerta, el acomodador acompañándote hasta la butaca sin molestar al resto del público y una chica en el bar con palomitas recién hechas.

Cine Rívoli

Así funcionaba igualmente el Rívoli, una sala principal abajo y cuatro en las plantas superiores, con idéntico estilo, por suerte es el único que ha sobrevivido y esperemos que por muchos años más.

Supervivientes.

En Palma quedan pocas salas de cine, realmente son multicines, a parte del mencionado Rívoli, Cines Renoir, es de los pocos que proyecta películas en V.O. a punto estuvo de cerrar, gracias al apoyo de los mallorquines sigue abierto. #CineCiutat ha conseguido que podamos disfrutar de otras formas de ver cine, esperemos que por muchos años.

Cines Renoir

Sé que dejo muchas salas de cine, con todo mi respeto, no me parece oportuno, comentar salas en las que no he estado.

Errol Flynn.

Nada que decir que no se sepa, este mítico actor de los años dorados de Hollywood. Sus últimos años los pasó en nuestra isla, Mallorca, gracias a su carisma y la relación que seguía manteniendo con sus amigos del séptimo arte, Mallorca se hizo muy conocida en este sector, aquí se rodó en los ’50 ‘Jack el Negro’ en la que gran parte de los extras eran mallorquines. Gracias Errol Flynn por traer el cine a Mallorca.